Sobre las lenguas y el poder

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El presente artículo tiene por objetivo reflexionar sobre la lengua en la Historia. Esto a partir de considerarla como un factor/vehículo de constante reafirmación de la situación de dominación.

Una lengua, entendiéndola a partir de la langue saussureana, consiste en un sistema de valores puros. Estos son significantes que se organizan a partir de relaciones de diferencia. Las lenguas no son homogéneas, son diferentes entre ellas. Por ejemplo, al espacio entre dos escalones en español se le llama descanso; mientras que en inglés, landing. La primera lengua mira la escalera desde abajo; mientras que la segunda, desde arriba.

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De esta manera, un estadounidense puede ‘latinizar’ en inglés a un español (categorizarlo en la misma posición que un americano (otrora su colonizado)). Mientras que los españoles denominaron ‘indio’ a un hablante de quechua, aymara, chipaya, etc.

En inglés se utiliza los términos ‘hispanic’,’ latino’ o ‘spanish american origin’ en los censos para clasificar a las personas según criterios étnicos y raciales. Estos términos se oponen a ‘White’, ‘Afroamerican’, ‘American Indian or Alaska Native’ , ‘Asian Indian’, ‘Chinese’, ‘Filipino’, ‘Other Asian’, ‘Japanese’, ‘Korean’, ‘Vietnamese’, ‘Native Hawaiian’, ‘Guamanian or Chamorro’, ‘Samoan’,  ‘other pacific islander’, ‘some other race’. Es motivo de investigación los criterios que toma el gobierno EEUU para definir la raza. Esto, a priori, tiene una perspectiva relacionado con las naciones. Un español, quizás, quisiera denominarse ‘white’ en su condición de occidental. El poder de EEUU, así como el dominio económico, impide que asuma esta categoría.

En la época colonial un ‘indio’ se diferenciaba de un ‘criollo’, ‘negro’, ‘mulato’, ‘zambaigo’, ‘salta pa’tras’, ‘chino’, ‘cholo’, etc.

Cualquier criterio taxonómico representado en una lengua en una sociedad implica una ideología que la abastece. En el caso del racismo científico el sustento es el imperialismo inglés decimonónico (“la carga del hombre blanco” de Kipling). La taxonomía social constituye un sistema de valores puros, por tanto es formal. Los términos tienen diferencia formal más no ontológica. Un afro descendiente no es realmente ‘negro’. La taxonomía ontologiza significantes.

Así como a los estadounidenses no les interesa como el español quiera denominarse (son ‘hispanic’ y punto), de la misma manera ocurrió con ‘indio’ en la colonia. Este término no pertenece a las lenguas nativas o aborígenes sino que fue incorporado como préstamo léxico en la imposición de lenguas.

El tema interesante se produce cuando se asimila la lengua dominante y su sistema formal asociado. Esto hace que se produzca un tipo de conciencia que lo hace a uno denominarse en la categoría que lo sitúa su dominante. En los censos y visitas un sujeto se denomina ‘indio’. Entonces, la lengua permite ontologizar un significante impuesto por el poder sobre un sujeto que lo hace definirse a partir de él. Una lengua dominante hace que uno asuma el significante de dominación como si fuese totalmente natural, soy ‘indio’ porque soy ‘indio’ siendo quechua hablante. De la misma manera que se constituye la nacionalidad.

Quise reflexionar en torno a la imposición del poder a partir del dominio entre lenguas. La lengua es un vehículo plástico porque permite reafirmar constantemente la situación de sometimiento.  Además, ideologías que utilizan la lengua para legitimarse mediante criterios taxonómicos.

 

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