ANONIMATO

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ANONIMATO

Carlos Velaochaga

Aunque suele conocerse el nombre del autor o, al menos, es lo moderno, debemos recordar que las obras de arte no tienen un autor definido, al menos, tradicionalmente. Para apoyar esta tesis necesitamos recordar que aún es más tradicional que un artista desconozca o, en algunos casos, prefiera ignorarlo o tener la modestia de no desear hacerlo público.

Estas observaciones se derivan de un artículo llamado ¿Para qué exhibir obras de arte? Del gran conocedor de las artes Ananda  Kumaraswami en el que sostiene que los artistas dependen de la inspiración y pintan o esculpen sin tener en cuenta aquello que al final será el producto de las habilidades del creador. Y es verdad, porque entrevistar a cualquier artista, este admitirá que nunca planificó lo que, tal vez, podamos apreciar ahora, porque la idea le vino de los profundos rincones de su mente a lo que no se atrevería ponerle un nombre.

Por estas razones, aunque parezca muy natural firmar un cuadro de su autoría, los artistas saben que son deudores de algún espíritu, hada, ninfa o divinidad y no saber cómo ni porqué ha decidido ofrecernos el producto de sus cavilaciones. Lo mismo ocurre con el escritor quien nunca sabrá aquello sobre lo cual va a escribir y es la razón por la que a veces encontramos una dedicación o agradecimiento en las primeras páginas.

De esta manera, el artista solo se reconoce como vehículo de un mensaje y es por eso que decide hacerlo público pero ocultará, incluso a sí mismo, como autor y apenas se siente convocado a ufanarse de ser autor. Tradicionalmente, esto es más aplicable a textos de origen religioso y no hace falta sostener o creer que este o aquel salmo o proverbio sería atribuible a Jonás o Isaias o encontrar autoría a los Vedas de India hasta incluso poder dudar que existieron  autores de ese excelso mensaje en el sentido moderno de autoría propia. Por eso es más común reconocerlos como mensajes divinos y es por eso que concluimos que siempre será más importante conocer la obra o el texto y su mensaje en vez de concentrarnos en querer saber quién fue el mensajero.

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