SILENCIO Y QUIETUD

[Visto: 339 veces]

Abordar el tema religioso en una época como esta (llamada Kali Yuga el La Crisis del Mundo Moderno de Rene Guenon) es muy difícil porque hay demasiada gente que cree que es un tema poco o nada interesante por lo que me atreveré a abordarlo desde una pregunta que sospecho que mucha de esa gente de hace o ha hecho ¿para qué sirve un sacerdote?

Para contestar a esa pregunta debemos separar la palabra sacerdote de la palabra monje. Lo primero es aplicable a una religión organizada y por eso solo aplicable al catolicismo al ser la más organizada de todas. La segunda es muy extendida y no tiene que confundirse con forma alguna de los monoteísmos y reconocible en comunidades que deciden vivir y trabajar juntos bajo alguna ideología común. Así que aunque mucho de lo que queremos explicar se basa en la rama monacal del cristianismo no es aquello que deseamos resaltar de esta forma de espiritualidad y escogeré solo un ejemplo: Hace años apareció la foto de un ministro japonés en postura de meditar y decía que en su hoja de vida figuraba el haber pasado dos años en un monasterio. No sabemos a qué línea de prácticas se dedicarían allí pero es interesante que figure como un aprendizaje para ocupar un puesto público. Debería ser una exigencia para todos los políticos.

Pero vamos a los orígenes del monacato y para hacerlo cabe la pregunta que todos nos hemos hecho alguna vez: ¿Estar vivo, para qué? Esto es, sin duda, el cuestionamiento que generó el surgimiento de las primeras comunidades que incluso me hace pensar en lo que los hippies intentaron hacerlo hace 60 años, lo cual demuestra que los orígenes están dentro de nosotros mismos. Una de las respuestas  al para qué vivimos generó todo un movimiento hacia el desierto del norte africano en los primeros siglos del cristianismo entre los que destacan San Antonio y San Jerónimo pero al parecer eran cientos de hombres que buscaban lugares alejados y silenciosos donde vivir en paz consigo mismos. Hacia el siglo 4to. de la era cristiana surgió un hombre en el sur de Italia que invitó a algunos a fundar un monasterio. Se trata de San Benito y desde entonces su iniciativa dará lugar a reclusiones de benedictinos que aparecieron en toda Europa y como dije al comienzo, no son sacerdote e incluso no se rigen por el Vaticano (en siglo 4to. no había Papa aun) sino por el Abad de cada monasterio.

Aunque no tenemos registros históricos, en India surgieron movimientos parecidos que dieron lugar a monasterios similares. Entonces cabe que analicemos la utilidad de pasar días, meses y años en el silencio y la quietud para lo cual dedicaremos varios artículos  descubrir lo esos jóvenes andan buscando. Esa paz  consiste en callar el ruido interior del intelecto que no cesa de hacerme creer aquello que he venido a hacer con nuestra vida y que debería ser una enseñanza paternal y social, es decir que la familia que el mundo occidental moderno NO está promoviendo al promover la idea de ser libres, tiene una curación posible bajo la ordenes de una abad o un guru o un lama. Para eso hay que pasar muchas horas en silencio y quietud puesto que esos maestros son solo guías. El buscador de la verdad somos nosotros mismos pero son de ayuda para descubrirnos a nosotros mismos y por eso, lamento que el catolicismo no haya promovido ese camino y haya algunos que lo anden buscando en el budismo tibetano. Solo mencionaré y volveré próximamente sobre el tema porque hay un método recomendable para quieran ensayar la utilidad espiritual del silencio y se llama VIPASANA. Es un método de diez días que se convoca a personas interesadas en varias ciudades del Perú y es muy recomendable no dejarlo pasar cuando se lleve a cabo.

Puntuación: 0 / Votos: 0

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *