Lo mejor que puede esperar y desear (el educador), es que su esfuerzo ayude a los alumnos a ir hacia ellos mismos, y que un día, habiendo encontrado su propia voz, puedan ellos hablar en términos nuevos de aquello que él se esforzaba en decirles.
(Vicente Santuc, “LA ANTROPOLOGÍA SUBYACENTE A LOS EJERCICIOS ESPIRITUALES DE IGNACIO DE LOYOLA, SU PERTINENCIA PARA LA TUTORÍA”
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