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Quebraste mi vida, tomaste mi corazón y me hiciste llorar sangre… pero sé que volvería a pasar por eso, ya que me mostraste la VERDAD

Parecía que hubiera estado adormilada, retraída, encerrada en una burbuja de cristal. Lejana y ajenamente entendía por testimonios de familia lo que había pasado. No me pregunté el por qué, ni tampoco el cómo, ni a quienes más les había afectado. Escuchaba que él había estado cerca de morir en un ataque a las carreteras, también me enteré que el hijo de ella había desaparecido luego de que lo vinieron a buscar unos hombres “sin rostro”.

Lenta e inconcientemente continué con el rumbo de mi vida, como cuando el viento sopla fuerte por todos lados mientras va silvando, sin buscar nada, ni añorar a nadie. Así estaba yo, sin entender lo que había pasado. Sin preocuparme si quiera de indagar en las razones, en las causas ni mucho menos conocer más las consecuencias de lo que había pasado. Sólo supuse que así era, que así fue nuestra historia, que si pasó eso fue porque tenía que pasar…

…Y me despertaron, abrieron vorazmente mis entrañas, tomaron mi corazón palpitante y me abrieron los ojos, y lloré sangre.

Y lloré sangre y dolor porque era esa madre a la que le habían arrebatado a su hijo y nunca más lo volvió a ver. Lloré sangre porque también era ese niño que vió cómo se llevaron a su papá y ya no lo volvió a ver. Lloré sangre porque no me podía quejar ni gritar ni manifestar mi dolor y mi sufrimiento a nadie porque no me entendían. Lloré sangre porque me sentí discriminada, olvidada, odiada. Si hubiera muerto nadie hubiera echado en falta mi vida. Lloré sangre porque tenía miedo, tenía muchísimo miedo. Lloré sangre porque quería que todo terminara ya, quería encontrar a mi hermana, a mi hermano, a mi padre, a mi madre, a mi hijo, a mi hija… quería encontrarme a mí! Quería justicia!!!

Han quebrado mi vida: abrieron mis entrañas, tomaron mi corazón y me mostraron lo que había sido vivir en violencia, desesperanza, angustia y dolor en el Perú entre 1980 y el 2000. Me abrieron los ojos y me mostraron la verdad… desnudaron ante mí las ignomiosas carnicerías humanas que habíamos vivido.

“La verdad traspasa el alma, pero también te hace libre.” Quebraron mi vida, traspasaron mi alma y me hicieron ver una realidad y una historia dolorosísima Y gracias a que abrieron mis ojos me hicieron desear profundamente que esto que vivimos no se vuelva a repetir nunca más y lo diré una y otra vez con mis pensamientos, mi voz y mis acciones: YO NO QUIERO QUE ESTO QUE VIVIMOS SE VUELVA A REPETIR NUNCA MÁS!!!

CVR, ustedes me mostraron una verdad dolorosa y lamentable. Me desnudaron como país, me mostraron que somos un país fracturado por muchos conflictos económicos, políticos, culturales, sociales y raciales. Me dió vergüenza ver hasta qué punto pudimos haber llegado en nuestra indiferencia.

De pronto develaron mi responsabilidad como ciudadana, como política, como Presidente de la República, como Congresista de la República, como Ministro de Estado, como General de las Fuerzas Armadas, como Policía, como Miembro del Poder Judicial, como Empresario, como Inversionista, como Catedrático en la Universidad, como Padre de Familia, como Estudiante Universitario, como Obispo de la Iglesia, como Sacerdote, como Pastor Evangélico, como Agnóstico, como Ateo, como Dirigente Sindical, como Dirigente Comunero, como Periodista, como Dueño de Canal de Televisión, como Editor de Periódico… como SER HUMANO.

Me desnudaron completamente un conflicto armado que dejó una cantidad estremecedora de víctimas: 69 280 personas, pero también me llevaron al fondo de las cosas al decirme que la mayoría de las víctimas eran campesinos pobres, excluídos, marginados; donde el 85% eran de Ayacucho (40%), Junín, Huánuco, Huancavelica, Apurímac, cuatro de los cuales están entre las cinco ciudades más pobres del país… Y me estremecieron al decirme que faltaban 35 000 peruanos sin que nadie se diera cuenta de habían desaparecido.

Hoy, no me arrepiento de que, entre recordar u olvidar, se haya optado por recordar. No me arrepiento de que me hayan abierto los ojos, de que hayan abierto mis entrañas y de que tomaran mi corazón… tampoco me arrepiento de que me hayan desnudado completamente como país y de que como consecuencia, haya llorado sangre.

Me alivia y me siento orgullosa de que mi país haya optado por la memoria y el recuerdo, porque se escogió LA VERDAD y al hacerlo, implica valentía, madurez y responsabilidad por parte de nosotros como ciudadanos.

Haber optado por mirarnos fielmente, a pesar de lo doloroso y desgarrante que fue, es un signo de valentía. Si hubieramos cerrado nuestros ojos, no hubieramos tenido memoria de lo que sucedió, seríamos incapaces de reconocer nuestros errores y lo peor de todo, nos hubieramos vuelto suceptibles a repetir las causas y los efectos de la violencia y de la muerte.

El Informe Final de la CVR también nos trae recomendaciones concretas para subsanar las condiciones que sirvieron de caldo de cultivo para la violencia que vivimos. Con esas propuestas nos están diciendo qué es lo que tenemos que hacer para que la violencia que vivimos NUNCA MÁS SE REPITA, desde nuestros distintos campos de acción en la sociedad: ya sea como miembros del Gobierno, de la Empresa Privada o de la Sociedad Civil.

No te olvides de lo que vivió tu país, de lo que sufrio tu madre, tu padre, tu hermana, tu hermano, tu hijo, tu hija, TÚ.

RECUERDA bien eso, para que la violencia que vivimos NUNCA SE VUELVA A REPETIR.

El Informe Final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación lo puedes revisar en el siguiente link.

Ven a visitar Yuyanapaq. Para Recordar
Todos los días (incluídos domingos y feriados) en el Museo de la Nación
Av. Javier Prado Este 2465 – 6to piso
San Borja
Horario: 9.00 a 17.30 horas

Si estás en provincias, también es posible obtener un CD con el recorrido virtual con fotografías, leyendas y videos sobre el conflicto armado interno en el Perú 1980-2000. Y puedes encontrar mayor información en la noticia proporcionada por IDEHPUCP o también el link del Centro de Información para la Memoria Colectiva y los DDHH de la Defensoría del Pueblo.

Aquí puedes ver además el registro fotográfico de la Inauguración de la Muestra Fotográfica “Yuyanapaq. Para recordar” en el Museo de la Nación gracias a la colaboración del buen Emilio Salcedo

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