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Diana, la chica de construcción civil

No, no es broma, tampoco es una metáfora, mucho menos es una exageración: Yo estuve trabajando en construcción civil, y es una de las cosas de las que más orgullosa me siento.

En primer lugar porque soy como pez en el agua trabajando directamente con la gente, no precisamente en oficina, sino en el campo (please, don´t be literal!). Y más aún trabajar con varones, porque es chévere ya que siento que es mucho más fácil y directa la comunicación con ellos.

La segunda razón por la que me sentí tan feliz de trabajar ahí es porque me permitió hacer grandes amistades (y de las chéveres) con la gente linda de toda la pirámide organizacional y además mis bromas adquirieron un nuevo enfoque bien a lo Miguelito Barraza… eso sí, el punto negativo fue que podía entender bromas de alto calibre… era una macho más, sólo que lindamente femenina jojojo.

El otro motivo es un tanto obvio… y mi estimado amigo Fer lo podría explicar mucho mejor, o no gente de mecánica? Uga uga mujer mujer. En fin, la idea sociológica se repite en todos los contextos donde predominan los hombres y los seres “estrogenados” son pocos: carreras de ingeniería mecatrónica, electrónica y mecánica de la UNI (también se aplica a los de mecánica de la cato… sorry Fer, probablemente tu promo la haga linda con las chicas de la Unifé, mientras tanto, caballero no más, a esperar); la gente guapa (pero que algunas veces me asusta) del software libre (seamos sinceros: hay pocas chicas en el ambiente nerd), y obviamente la gente “in” de construcción civil.

Entonces, qué le sucede al tuerto en el país de ciegos? Pues “como que se vuelve rey” y eso me pasó a mí jejeje. Era la única chica, bueno, también estaba la otra ingeniera Esther y Cecilia, la asistente del Director del Proyecto (pero ambas eran mucho mayores… mucho!). Ergo, era imposible caminar sin escuchar un silbidito por ahí, un besito por allá mua, un “mamacita ricotona” por acullá y claro, algunas veces los “cumplidos cough” de alto calibre (me los sé todos de memoria) eran demasiadoooo faltosossssss!!!!

Recuerdo una anécdota muy graciosa. Estaba caminando por ahí cuando de pronto escucho una voz casi silente con su “eres la chica más bonita del lugar”…. Yo ya estaba cancheraza para ese momento, y bien respondona by the way. Y es como que “oe varón! De qué hablas? Si miras a tu alrededor no hay muchas chicas que digamos ah! Entonces es como que si le pongo peluca y falda a Federico, también pasaría por /linda/”. Pero claro, eso lo pensé, más no se lo dije… Entonces lo miré a los ojos y le dije “mmm bueno, si fueras mujer, también andarías en algodón ah!” y jajajajaja, nos matamos de la risa. Creo que a partir de ahí me volví aún más cancheramente barrio de lo que ya era anteriormente, mucho antes de identificarme con el nick de “Pollo de Caquetá”. Y claro, me gané buenas amistades 😀

También aprendí el concepto de los /piquetes/, eso de “oe, o me dejas participar de la marcha, o la construcción es la que sufre las consecuencias ah… tu eliges!” (bien diplomáticos por cierto los chicos de construcción civil).

Y claro, surge en mí de nuevo el concepto pichilón: no, no había todavía baño “especial para chicas” porque /no había chicas/ (bienvenida la igualdad de género!). Ergo, o bien compartía los baños de Disal (que by the way son como que salidos de película de Quentin Tarantino, osea, bien “violentos” todos) que la gente linda de la construcción, perteneciente a los múltiples contratistas, usaba generalmente; o bien educaba a mi vejiga para que no vaya al baño tantas veces como suelo ir. Al final, opté por la segunda opción, así que anduve deshidratada por mucho tiempo. Pero un día me cansé de tanto desparpajo y me dije, caballera no más, a compartir el baño, pero errr… errr, carambaaaaaassss!!!! ¿Por qué ellos no cerraban los baños cuando los estaban usando?????

En fin… fueron épocas muy lindas las de construcción civil. Ahora mi amada construcción es todo un edificio hecho y derecho (pensar que lo vi en polvo aún snif snif) y según el panel es el “Centro Logístico Aéreo más moderno de Latinoamérica”… todo un orgullo no? Luego, luego me viene, con ternura, a la memoria los recuerdos pichilones en los baños, las piropeadas de la gente “in”, los miedos por los piquetes, las caras de molesta que tenía que poner para no inspirar risa, el casco enorme sobre mi cabeza, el chaleco fosforescente que me hacía ver como huayruro afectado por la lluvia ácida, las botas punta de acero que pesaban hartísimo y claro, a la gente hermosa de construcción civil… cuando unas aguas muchachos ah? Recordar por favor que yo literalmente tomo agua, porque soy bien pollo siurp!