FED: Bernanke, listo para hacer más: ‘Un QE3 es algo que la Fed podría considerar’

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I.- Bernanke, listo para hacer más: “Un QE3 es algo que la Fed podría considerar”
FUENTE: elEconomista.es | Agencias
20/06/2012 – 20:22
El presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, ha precisado hoy que la economía de Estados Unidos avanza a un ritmo moderado y ha destacado que el mercado laboral progresa a un ritmo más lento que en meses atrás. En mayo, el desempleo se elevó en el país por primera vez en once meses.

Los datos más recientes son “decepcionantes”. Por eso, el presidente del banco central de EEUU ha insistido en un mensaje en el que ha hecho mucho hincapié en los meses más recientes: la institución podría tomar nuevas medidas si la economía así lo requiere.

De hecho, aunque se muestra reticente a imprimir más dinero, Bernanke sigue sin cerrar la puerta definitivamente a poner en marcha un nuevo programa de recompra de deuda, conocido como QE3. “Es algo que la Fed podría considerar”, ha señalado en rueda de prensa.

“Más compras adicionales de bonos estaría entre las cuestiones que sin duda consideraríamos si es necesario adoptar medidas adicionales para fortalecer la economía”, ha asegurado.

Ahora bien, antes de poner en marcha nuevas compras adicionales de bonos debe existir la “convicción” de que este tipo de medidas son necesarias. “No es una medida que se pueda adoptar a la ligera”, ha añadido Bernanke.

En mayo, el gobierno estadounidense revisó a la baja la tasa de crecimiento económico del primer trimestre del año del 2,2% al 1,9%, y el desempleo se elevó por primera vez en once meses, una décima, hasta el 8,2%.

Hoy mismo, el organismo ha recortado sus previsiones de crecimiento e inflación para los próximos tres años. Para 2012, la institución calcula que la economía de EEUU crecerá entre un 1,9% y un 2,4% este año, frente a las previsiones de entre el 2,4% y el 2,9% que difundió en abril.

Tras su reunión de dos días, la Fed ha decidido mantener los tipos de interés en un rango entre el 0 y el 0,25% y ha decidido prorrogar la Operación Twist que resucitó en septiembre de 2011 para estimular la economía, un programa para canjear deuda a corto plazo (de 3 años o menos) por deuda a largo (con vencimientos entre 6 y 30 años) que concluía a finales de mes. El programa se extenderá hasta finales de año.

Bernanke ha defendido que la decisión de prolongar la Operación Twist es un paso “sustantivo” y aportará algo de apoyo adicional.

Sobre la situación en Europa
Respecto a la posibilidad de una acción coordinada de los principales bancos centrales, Bernanke ha incidido en que por el momento sus relaciones con los principales institutos emisores europeos, con los que habla con frecuencia, son solo de carácter “consultivo”.

Asimismo, ha incidido en que Europa es una región “saludable” con recursos suficientes para resolver sus problemas y mantener la unidad del euro, algo muy importante para los países miembros, al mismo tiempo que ha recalcado que el Viejo Continente debe llevar el liderazgo en esta situación.

II.- La Fed prorroga la Operación Twist con 267.000 millones más hasta finales de año
FUENTE: elEconomista.es | EFE
20/06/2012 – 18:33

No es un QE3, pero también servirá para alentar el ánimo de los inversores. La Reserva Federal sigue reticente a imprimir más dinero, pero hoy ha decidido prorrogar la Operación Twist, un programa para canjear deuda a corto plazo (de 3 años o menos) por deuda a largo (con vencimientos entre 6 y 30 años) que concluía a finales de mes. El programa se extenderá hasta finales de año, según el comunicado difundido por el organismo.

Además, el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) de la Fed ha decidido mantener los tipos de interés en un rango objetivo de entre el 0% y el 0,25%, donde permanecen sin cambios desde diciembre de 2008. El presidente del organismo, Ben Bernanke, tiene previsto comparecer a las 20:15 hora española.

La Fed decidió resucitar esta operación, el programa que empleó en la década de 1960, para tratar de reanimar la economía, el pasado mes de septiembre. Lo hizo con la intención de mantener bajo control los tipos de interés a largo plazo y mejorar las condiciones de financiación. Y, a diferencia de las expansiones cuantitativas, los llamados QE1 y QE2, no implica la creación de dinero nuevo.

Hace nueve meses decidió vender un paquete de 400.000 millones de dólares a corto plazo para adquirir bonos a largo plazo por la misma cantidad, cifra que en esta ocasión será de 267.000 millones de dólares.

Así pues, la decisión sobre si aplicar o no un QE3, se aplaza entonces hasta la próxima reunión de dos días fijada para el 31 de julio. Dependerá de cómo avance la economía. La Fed insiste en que EEUU continúa expandiéndose a un ritmo moderado, por lo que no ha cerrado en ningún momento la puerta a aplicar una tercera ronda de estímulos, que en ningún caso superaría los 600.000 millones de dolares, según los expertos, si la situación así lo requiere.

En mayo, el gobierno estadounidense revisó a la baja la tasa de crecimiento económico del primer trimestre del año del 2,2% al 1,9%, y el desempleo se elevó por primera vez en once meses, una décima, hasta el 8,2%. Estos datos han provocado que algunos miembros de la Fed hayan vuelto a considerar la aplicación de más medidas de estímulo.

A las dudas sobre la frágil recuperación de EEUU se ha unido el repunte de las tensiones financieras en la zona euro, donde varias economías europeas se encuentran además en recesión.

El propio presidente de la Fed, Ben Bernanke, señaló recientemente que la institución no descarta “ninguna opción”, aunque mantiene la precaución.

“Si decidimos que son necesarias nuevas medidas, entonces deberemos decidir cuáles son las apropiadas o qué comunicación es la apropiada. Tenemos opciones que podemos considerar”, explicó ante un comité del Congreso acerca de esta reunión de la Fed de este 19 y 20 de junio.

En el comunicado, la institución presidida por Ben Bernanke también mantiene su compromiso de mantener los tipos de interés en niveles “excepcionalmente bajos” al menos hasta finales de 2014.

La decisión de mantener la política monetaria contó con el voto a favor de todos los miembros del comité a excepción de Jeffrey M. Lacker, quien se opuso a la decisión de prorrogar la Operación Twist hasta diciembre.

III.- ANTECEDENTES PARA RECORDAR
¿Qué es el famoso QE3?
Fuente: cronista.com

El quantitative easing, abreviado como QE, es una herramienta de política monetaria para estimular la economía. Esquemáticamente, se trata de emisión monetaria que se utiliza para comprar activos a los bancos y aumentar así su disponibilidad de dinero para prestar. Sus principales efectos son la devaluación de la moneda, cierto aumento de la inflación y –con suerte– mayor toma de crédito por parte de inversores y consumidores. El primer QE tuvo lugar en 2008, luego de la caída de Lehman, y se usó principalmente para eliminar “activos tóxicos” del balance de los bancos. El QE2, más ambicioso, inyectó entre 2010 y este año u$s 600.000 millones recién impresos que impulsaron fuertes subas en las bolsas y generaron algún aumento de la actividad. Sus efectos, sin embargo, se disiparon con el tiempo. Nostálgicos de las ganancias de ese entonces, muchos inversores rezan por un QE3

¿Habrá una QE3, QE4, QE5…?
Por Philipp Bagus. (Publicado el 31 de diciembre de 2010)

Traducido del inglés. El artículo original se encuentra aquí: http://mises.org/daily/4913
FUENTE: http://mises.org/Community/blogs/euribe/archive/2011/01/02/191-habr-225-una-qe3-qe4-qe5.aspx (Junio 20 del 2012)

Recientemente, Ben Bernanke indicó que la flexibilización cuantitativa II (QE2, por sus siglas en inglés) podría verse seguida por una QE3, etc. En una entrevista al principio de diciembre, se preguntó a Bernanke: “¿Anticipa un escenario en el que se comprometiera a más de 600.000 millones de dólares?”

La respuesta de Bernanke fue sorprendente. “¡Oh! Sin duda es posible”, dijo. “Y de nuevo, depende de la eficacia del programa, depende de la inflación. Y finalmente dependen de cómo vaya la economía”.

La respuesta es interesante porque no solo indica la posibilidad de que la Reserva Federal (Fed) compre más bonos públicos, sino que también implica que Bernanke piensa que la inflación y la QE son conceptos diferentes, pues de otra manera su afirmación sería una tautología sin sentido: el que haya más inflación depende de la inflación.

Para dar sentido a la charla técnica de Bernanke, volvamos al principio de la tristemente famosa QE, a los meses más oscuros de la crisis financiera. Durante el auge encendido por los tipos de interés artificialmente bajos, las instituciones financieras habían financiado mala inversiones, especialmente en el sector inmobiliario. Cuando estalló la burbuja y los precios de las viviendas empezaron a bajar, estas inversiones perdieron rápidamente valor. La pérdidas bancarias se acumularon, los patrimonios bancarios cayeron y aparecieron problemas de solvencia. La liquidez se secó al tiempo que las instituciones financieras empezaron a dudar acerca de la solvencia de las demás, dados los problemáticos préstamos en su contabilidad.

Cuando se secaron los mercados crediticios en septiembre de 2008, después del desmoronamiento de Lehman Brothers , los préstamos que financiaron las malas inversiones no sirvieron ya como colateral para los préstamos interbancarios. La Fed acudió a cerrar la brecha y aceptó estos malos activos como colateral para préstamos. En marzo de 2009, la Fed empezó a comprar directamente estos activos en lo que se calificó como QE1. A consecuencia de esta flexibilización cualitativa y cuantitativa, el balance de la Fed casi se triplicó en unos pocos meses.[1]

¿Durante cuánto tiempo se mantendrán estas medidas extraordinarias de emergencia? En marzo de 2009, Ben Bernanke declaró que la Fed tenía una estrategia de salida para sus políticas de crédito de emergencia. Simplemente podía deshacer sus políticas de crédito y compras de activos, reduciendo así el tamaño de su balance al nivel anterior a la crisis.

He explicado que no existe una opción de salida tan sencilla. La compra del Fed de activos problemáticos no resolvió los problemas subyacentes reales en la economía: inyectar nuevo dinero no hace que desaparezcan las malas inversiones. Promoviendo las instituciones financieras, solo se retrasan las necesarias liquidaciones y reajustes de la estructura de producción. La QE1 podría incluso causar más malas inversiones y por tanto agravar el problema. La consecuencia podría ser una niponización del sistema bancario, con bancos insolventes mantenidos a flote por el banco central.

Si la Fed saliera de la situación de emergencia, redujera su balance y dejara de aceptar activos problemáticos como colateral de préstamos, las instituciones financieras volverían a la situación inicial de septiembre de 2008. Si los precios de la vivienda no vuelven a su nivel de burbuja, muchos de los activos problemáticos continuarán siendo malos y no servirán como un buen colateral. Si se valoraran al precio de mercado, estos activos podrían comerse el capital de los bancos. Si la Fed acabara con sus medidas de emergencia, estaríamos en la práctica de vuelta a la situación inicial de mercados interbancarios congelados e iliquidez general.

En octubre de 2009, concluí que la Fed no podía volver a su balance inicial sin causar el colapso del sistema financiero. Una posible salida sería volver a inflar la burbuja. Aumentar los precios de los activos (y especialmente los precios de la vivienda) haría que muchos activos bancarios volvieran a ser valiosos. La Fed podría aumentar la calidad de sus activos inflando la burbuja inmobiliaria.

En el invierno de 2010, nadie está hablando ya de reducir el balance de la Fed o estrategias de salida. Por el contrario, las Fed ha elegido el camino de mayor inflación y llamado a esta estrategia “QE2”.

QE2 tiene un propósito ligeramente distinto de la QE1. La QE1 apoyaba directamente a los bancos en problemas comprando sus activos problemáticos. La QE2 apoya al gobierno.

Las políticas inflacionistas de la Fed se han ajustado a las políticas fiscales keynesianas del gobierno de EEUU. El gobierno de EEUU se dedicó a un gasto en déficit para rescatar a instituciones financieras y fabricantes de automóviles, impidiendo una rápida liquidación de las malas inversiones y una adaptación suave de las estructura de la producción a los deseos de los consumidores.

La QE2 es una respuesta directa a este gasto en déficit, que obliga al gobierno a emitir más bonos. Con la QE2, la Fed apoya al gobierno comprando estos bonos. La Fed ayuda por tanto activamente al gobierno en sus políticas keynesianas, lo que interrumpe la recuperación. Mientras que la QE1 sostenía el sistema financiero, la QE2 sostiene al gobierno. Es verdad que esta diferencia no es sustancial dado que los destinos del sistema financiero y el gobierno están entrelazados. El sistema bancario financia al gobierno que a su vez otorga el privilegio de la banca de reserva fraccionaria y otorga implícitamente garantías para las pérdidas bancarias.

Por supuesto, Ben Bernanke no dice que quiera ayudar a financiar el déficit público mediante la creación de dinero. La excusa oficial para la QE2 es, de nuevo, el chivo expiatorio de la “deflación”.[2] La inflación de precios es demasiado baja. James Bullard, presidente del Banco de la Reserva Federal de Saint Louis declara que “es importante defenderse tanto de la inflación baja como de la inflación alta”.

En otras palabras, si los precios crecen demasiado lentamente, debemos imprimir dinero para que las cosas se hagan más caras más rápidamente. Bernanke incluso niega que la QE2 será inflacionista: “Un bulo que corre por ahí es que lo que estamos haciendo es imprimir dinero. (…) La oferta monetaria no está cambiando en ningún modo significativo”.

Bernanke utiliza un truco semántico es esta declaración. Por supuesto, la Fed no crea el grueso de su nuevo dinero “imprimiendo” literalmente. Más bien la Fed crea dinero manipulando cifras en su ordenador. Cuando la Fed compra un bono público de 1.000$ a un banco, transfiere 1.000 nuevos dólares como pago al banco. Es verdad que la Fed no imprime el dinero y lo envía físicamente al banco. En su lugar, aumenta la cuenta que el banco tiene en la Fed en 1.000$. es más cómodo crear simplemente el nuevo dinero en un ordenador.

Sin embargo el hecho de que el nuevo dinero se cree electrónicamente no significa que la QE2 no sea inflacionista. La QE2 es inflacionista de varias maneras:

Primero, el dinero base (reservas bancarias) aumenta. Cuando la Fed compra un bono público, crea dinero que transfiere al banco que vende el bono. Al final de la operación, el banco tiene más reservas bancarias y la Fed posee un bono público.

Segundo, la calidad de la moneda tiende a disminuir.[3] La calidad media de los activos que mantiene la Fed disminuye cuando compra bonos públicos. El porcentaje de oro de los activos totales que podrían usarse en forma monetaria disminuye, mientras que el porcentaje de bonos públicos aumenta. Además, esos bonos son para un gobierno que está aumentando constantemente sus deudas.

Tercero, los precios serán más altos de lo que habrían sido en caso contrario. Los precios probablemente habrían caído sustancialmente sin QE1 y QE2. La inyección de nuevas reservas bancarias impidió una contracción del crédito y una caída de precios. De hecho, un objetivo de la QE2 es aumentar los precios de los activos.

El dinero fluye a la bolsa, empujando al alza los precios de las acciones. En marzo de 2009, cuando empezó la QE1, el Dow Jones estaba por debajo del 7.000 y aumentó hasta los 10.800 hasta que expiró la QE1. Luego el Dow cayó de nuevo por debajo de los 10.000, los mercados empezaron a especular acerca de la posibilidad de una QE2 y empezó un nuevo rally alcista.

Aunque el dinero recién creado fluya a los mercados de precio de los activos, los precios del consumo pudrían no aumentar significativamente. Pero antes o después estas inversiones dejarán de ir a los mercados de precio de los activos y empezarán a empujar al alza los precios de los bienes de consumo.

Cuarto, el tipo de cambio será menor del que habría sido en caso contrario. Los participantes en el mercado valorarán en menos al dólar, dado qu la oferta de la base monetaria aumenta y la calidad de aquél disminuye. Esta devaluación es otro objetivo de la QE2. Es una manera de dar una ventaja a los exportadores. La devaluación no es un instrumento tan burdo como un arancel, pero tiene efectos similares. Hace más pobres a los consumidores. Tienen que pagar precios más altos por los bienes importados.

En consecuencia, la QE2 es, a pesar de las palabras de Bernanke, inflacionista. De hecho, es un eufemismo llamar QE2 a la política. El término flexibilización cuantitativa oculta la verdadera naturaleza inflacionista del instrumento. Además, suena a técnico. El numero “2” añadido lo hace aún más. La gente que sepa poco de economía podría ignorar las noticias sobre la QE2. ¿Para qué preocuparse por entender algo tan técnico? Dejemos que los expertos se ocupen de ello. El término tiene asimismo una connotación positiva. ¿Quién no desea “flexibilización”?

Como ha apuntado repetidamente Walter Block, deberíamos cuidar nuestro lenguaje. El lenguaje es crucial para una comunicación clara. El uso de la expresión flexibilización cuantitativa genera una niebla que esconde la producción de nuevo dinero. Las palabras, como dice Block, pueden ser más poderosas que las plumas y las espadas. Guían nuestros pensamientos y escritos. La invención de la expresión flexibilización cuantitativa impide que la gente piense acerca de las consecuencias de la inflación. La expresión distorsiona el pensamiento.

¿Por qué no llamar a la QE por su nombre? ¿Por qué no nombrarla por los efectos que tiene?

Imprimir dinero no puede hacer más rica a la sociedad. Tiene un efecto redistributivo a favor de quienes reciben antes el nuevo dinero y va en detrimento de quienes lo reciben al final. La inyección de dinero en una parte concreta de la economía distorsiona la producción. Por tanto, la QE no da flexibilidad a la economía. Por el contrario, la QE hace a la recesión más larga y dura.

La inyección de nuevo dinero en la economía vuelve a inflar viejas burbujas y genera otras nuevas. Lo que es más importante, la QE facilita el gasto en déficit: distorsiones y rigideces adicionales en la economía. Las malas inversiones pueden resistir. Los factores de producción no se trasladan a lugares donde el consumidor los quiere con más urgencia.

Así que la QE2 debería calificarse mejor como “Estiramiento cuantitativo”, “destrucción cuantitativa II” o “Prolongación de la crisis III”.

O podríamos calificarla por las intenciones subyacentes: “Envilecimiento de moneda I”, “Rescate bancario I”, “Rescate gubernamental II” o simplemente “Empobrecimiento del consumidor”. Finalmente, podríamos nombrarlo de acuerdo con su esencia “Impresión de dinero I y II”. O si seguimos a Bernanke, que apuntaba que la mayoría del dinero se crea en un ordenador, podemos llamarla “Creación de dinero I y II”. Sería el término más neutral.

Los trucos retóricos no deberían distraernos del hecho de que la QE es simple creación de dinero. El objetivo de Creación de dinero II es financiar el gasto público, devaluando el dólar. Deberíamos rechazar el término QE y en su lugar llamar a la creación de dinero como lo que es: inflación.

Philipp Bagus es profesor asociado en la Universidad Rey Juan Carlos en Madrid. Es autor de The Tragedy of the Euro.

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[1] Ver Philipp Bagus y David Howden, “The Federal Reserve and the Eurosystem’s Balance Sheet Policies During the Financial Crisis: A Comparative Analysis” en Romanian Economic and Business Review 4, no. 3: pp. 165-185.

La flexibilización cualitativa puede definirse como un deterioro de calidad media de los activos que mantiene la Fed, mientras que la flexibilización cuantitativa puede definirse como un aumento en la cantidad de sus activos.

[2] Ver Philipp Bagus, “Deflation: When Austrians Become Interventionists”, en Quarterly Journal of Austrian Economics 6, nº4: pp. 19-35.

[3] Ver Philipp Bagus, “The Quality of Money”, en Quarterly Journal of Austrian Economics 12, nº 4: pp. 22-45.

Published Sun, Jan 2 2011 6:42 PM by euribe

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