Un taller para pensar sobre justicia y democracia

Hace un par de semanas –el 23, 24 y 25 de mayo últimos para ser exactos- tuve la oportunidad de participar en un Taller de Trabajo auspiciado por Projusticia, junto con algunos miembros de la Red de Estudios sobre Calidad de la Democracia en América Latina (1), convocado con la finalidad de evaluar las posibilidades de realizar un estudio comparativo sobre administración de justicia y calidad de la democracia, asunto sobre el cual poco se ha estudiado en nuestro medio.

Específicamente, el encargo que me llevó a participar de dicha reunión fue el de diseñar los ejes de estudio y un marco inicial de indicadores que pudiera orientar el recojo de información y el análisis comparado, esperando que el taller pudiera servir para planificar la parte operativa de la investigación en cada país. Sin embargo, lo cierto es que el taller sirvió más para comprender las dificultades y desafíos de un estudio como el propuesto, revisar los problemas particulares que tienen los poderes judiciales en nuestras distintas democracias y evaluar algunos de los supuestos de los que partíamos sobre la estructura institucional de los sistemas de justicia, permitiéndonos de este modo “tocar tierra” y ser más humildes y realistas sobre los alcances del estudio propuesto.

Para ello, la idea de sostener diálogos motivadores con algunos jueces y otros actores “internos” del sistema de justicia resultó más útil de lo que pensábamos. La conversación inicial con Horst Schoenbohm, quizás una de las personas que mejor conoce la realidad de los sistemas de justicia en América Latina, permitió validar los objetivos del estudio e ir abordando las relaciones entre justicia, estado de derecho y democracia. Posteriormente la conversa con Sergio Salas Villalobos, ex Presidente de la Corte Superior de Justicia de Lima en la época de transición a la democracia, ayudó también y de manera importante a ir identificando los nudos problemáticos de la actividad judicial y las dificultades para contar con un diseño institucional que se ajuste a lo que sería una “justicia democrática”.

En el segundo día, la presencia de Hugo Suero Ludeña, ex Gerente General del Poder Judicial, y del vocal superior Roberto Obando –uno de los procesalistas más serios e inteligentes con que cuenta hoy el Poder Judicial- nos permitió  no solo profundizar en la realidad del manejo de los procesos y los despachos judiciales, sino también reflexionar acerca de los alcances que nociones como “transparencia” o “control de la corrupción” tienen dentro de las políticas de reforma que se aplican en  nuestro países.  Por la tarde, los diálogos sostenidos con César Romero –periodista judicial del diario La República- con Clara Mosquera –una de las juezas líderes de la Corte Superior  de Lima Norte- y con ,  consultor de la Oficina de Medición del Desempeño del Poder Judicial, fueron importantes también para evaluar y enriquecer otros temas propuestos para el estudio, como los de legitimidad social de la justicia, la construcción de relaciones entre justicia y sociedad civil o las posibilidades de medición del desempeño judicial.

En resumen, el taller fue bastante enriquecedor al permitir reflexionar sobre la situación de los poderes judiciales en América Latina a partir de 3 perspectivas que no siempre confluyen en un mismo espacio: la de los operadores, la  de los juristas y la de los politólogos. Eso nos permitió entender qué aún falta mucho por construir si se quiere contar con un marco conjunto de análisis que nos permita acercarnos de manera  adecuada  a los vínculos entre justicia y democracia. Las cuestiones que quedaron pendientes fueron así mayores a las que pudieron ser resueltas, pero no por ello dejan de ser sugerentes: ¿cómo abordar a los poderes judiciales como unidad de análisis? ¿cómo producen información los poderes judiciales, y en qué medida ésta es comparable? ¿cuáles son los nodos del poder dentro de los poderes judiciales? ¿cuáles son los reales alcances de conceptos tales como “judicialización de la política” y “politización de la justicia”? ¿en qué medida la consolidación del papel que pueden cumplir los poderes judiciales en las democracias requiere democratizar la estructura institucional y cultural de estos poderes?

Esperamos en todo caso que la próxima reunión del equipo –a realizarse en Colombia- permita avanzar más en brindar respuestas a estas inquietudes y poder avanzar también en el diseño final de un estudio comparado que, estamos seguros, ayudará a fijar mejores pistas para los procesos de reforma judicial en el continente.

(1) El taller contó con la presencia de Carlos Moreira (Uruguay), Jesús Tovar (México/Perú), Gerardo Hernández (Costa Rica), Gloria de la Fuente (Chile),  Martha Cecilia Herrera (Colombia), Ligia Bolívar (Venezuela), Jahir Dabroy (Guatemala) y Patricia Muñoz (Colombia).

 

Taller Justicia y Calidad de la Democracia, mayo 2013.jpg

 

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