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Principios epistemológicos y metodológicos para el diseño de una línea de base con fines de predicción de impactos ambientales

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Oscar Cuya

09 de diciembre

Lima – Perú

Introducción

Si estamos elaborando una guía metodológica para orientar el desarrollo de una línea de base, con fines del Estudio de Impacto Ambiental (EIA), debemos asegurar que esta guía facilite la implementación de lo que los Términos de Referencia (TDR) de los EIA establecen.

Los TDR de los EIA pueden ser comunes para un cierto grupo de actividades, pero, ello no elimina la necesidad de que cada proyecto tenga TDR específicos para sus estudios de impacto ambiental. Esta afirmación tendrá validez siempre y cuando consideremos que los TDR establecen el contenido y alcance del EIA; y así lo señala, el Decreto Supremo Nº 019-2009-MINAM, Reglamento de la Ley del Sistema Nacional de Evaluación de Impacto Ambiental (SNEIA) que define los TDR como sigue: “Propuesta de contenido y alcance de un Estudio de Impacto Ambiental que precisa los lineamientos e instrucciones para encargarlo y elaborarlo, en función a la naturaleza de un proyecto. Contiene la determinación de la línea base, la descripción del proyecto, la caracterización ambiental, según sea el caso, el plan de participación ciudadana y la valorización económica del impacto ambiental de los proyectos sujetos al proceso de Evaluación de Impacto Ambiental” (1).

Dado que no hay método sin supuestos teóricos, por más que se diga que estamos frente a un método práctico o pragmático, no debemos olvidar que todo método no deja de tener principios teóricos, incluso de orden epistemológico, ontológico y axiológico. Cuando más se reafirme que cierto método es “aséptico” de teorías es cuando más se debe elucidar los principios teóricos del método. Como base, debemos partir asumiendo que los datos, por más objetivos que nos parezcan, vienen ya con una carga teórica, aquella que hemos empleado para interpretar la información que nos proporciona la realidad.

La carga teórica de los datos

Un método se soporta en un conjunto de ideas o sistema conceptual. En sentido metafórico, podríamos decir que el método está engarzado o engastado en un marco teórico. Siempre habrá que tener en cuenta que las observaciones o datos dependen de la teoría, que equivale a decir que los datos están cargados de una teoría u otra.

Norwood Russell Hanson (1924-1967) sostuvo que lo que vemos y percibimos no es lo que reciben nuestros sentidos, sino una resultante de la información sensorial filtrada, mediante el filtro que son nuestros preconceptos existentes. (2)

Cuando diseñamos el EIA, es decir establecemos sus alcances y contenidos, debemos tener en consideración que la observación de “X” está moldeada por un conocimiento previo de “X”. El lenguaje o las notaciones usados para expresar lo que conocemos, y sin los cuales habría muy poco que pudiera reconocerse como conocimiento, ejercen también influencia sobre las observaciones. (2)

Los datos tomados en campo requerirán su interpretación. La base teórica o los principios teóricos que se empleen para interpretar los datos podrían llevar a diferentes conclusiones. Es decir, los mismos datos, podrían generar diferentes conclusiones, dependiendo de los principios teóricos que se empleen.

Sistematizar y reordenar los principios teóricos

Los TDR no deben constituir una exigencia de contenidos técnicos y científicos disjuntos proveniente de diferentes marcos teóricos, no explicitados, tal como son en la actualidad. Deben ser un todo coherente soportado por principios teóricos que conforman un sistema conceptual organizado, con una jerarquía de principios y deducibles, orientados a la predicción de cambios en las variables indicadoras de impactos ambientales, dado que ello es lo central en un EIA.

En suma, los TDR deben modificar el principio tácito o implícito de pensamiento museístico, es decir de coleccionar objetos y datos; pues, bajo dicho principio, mientras mayor cantidad y diversidad de datos se colecte mejor será la línea de base. Este principio es erróneo pues de los datos no sale la explicación y predicción, sino de las teorías o principios. Los datos sirven para confirmar o rechazar la conjetura o hipótesis de impacto.

Necesidad de un diccionario terminográfico

Para reducir la interpretación discrecional de los términos y conceptos; leyes, principios y teorías; es necesario como primera tarea establecer un diccionario terminográfico. La guía metodológica para la elaboración de la línea de base de un EIA debe incluir este diccionario.

¿Qué no debe ser una guía metodológica de línea de base?

No debe ser una guía para tomar datos estandarizados de campo de los componentes y procesos naturales y sociales (que los hay muchos y excelentes) sino una guía para interpretar datos con fines de establecer las variables indicadoras de impacto de los objetos, hechos, componentes o fenómenos de interés; así como una guía para delimitar los sitios geográficos sensibles o vulnerables, es decir, ¿dónde los valores de las variables indicadoras estarían fuera de los límites aceptables de cambio?

¿A que denominaremos guía metodológica? ¿A una secuencia de pasos para tomar los datos u observaciones de campo y procesarlos?; o ¿una guía para interpretar los datos o fenómenos?

Necesidad de alinear la línea de base con la predicción y valoración del impacto ambiental

Por ejemplo, los TDR de EIA en minería metálica señalan que “se deberá identificar y caracterizar los impactos ambientales en las fases de construcción y operación del proyecto a través de la formulación de las matrices (causa-efecto), así como determinar la valoración de la importancia de los impactos, así como de su magnitud (cantidad de factor ambiental afectado)” (3).

Si aceptamos que la magnitud de un impacto es la “cantidad de factor ambiental afectado” y la importancia de un impacto es la valoración del mismo, debemos tener como primera premisa, respecto a la línea de base, que ella debe proporcionar la información para tal propósito; y no únicamente, una situación “congelada” antes de proyecto para las comparaciones “dato antes” versus “datos después”. Las variables tienen una historia, una línea de tiempo, una tendencia en el tiempo, una trayectoria o comportamiento en el tiempo, y ello no puede reducirse a un set datos de una o dos temporadas, por lo menos conceptualmente.

En suma, la línea de base tiene que proporcionar el comportamiento o trayectoria de las variables indicadoras de impacto para poder predecir el impacto. Asimismo, para valorar la importancia tiene que establecer los umbrales o límites aceptables de cambio (en los cuales el sistema ambiental se mantiene y no involuciona a otro sistema). Aquí es donde se plantean las variables sensibles o vulnerables.

La escala espacial y temporal

La realidad la podemos observar en varias escalas. Las cosas y hechos están insertos en sus tendencias o historia, algo determina algo. Si un hecho origina otro hecho, digamos las causas y sus efectos, estamos en el eje del tiempo, en la historia. Si nos proyectaremos al futuro al predecir un impacto, una línea de base está obligada a presentar las historias o tendencia del factor ambiental. Solo así la línea de base sería pertinente.

Que no haya suficiente información histórica para trazar curvas de tendencias (enfoque inductivo) o suficientes principios teóricos para predecir comportamientos de fenómenos (enfoque deductivo) no es una justificación para presentar datos de dos temporadas (a cómo de lugar, no importa difieran solo en tres meses) y suponer que con ello ya se ha resuelto la historicidad de la variable. ¿Cómo lograr la historicidad o tendencia de todas las variables de los factores ambientales que se ha considerado evaluar? Es un gran desafío, pues no se tiene información histórica sobre gran parte de las variables de impacto ambiental.

Los fenómenos ocurren en diferentes escalas. Una línea de base tendrá que ser una información en varias escalas, incluso anidadas. En el caso social, lo que ocurra al nivel de las familias que interactuarán con el proyecto no se podrá vislumbrar si estamos trabajando con promedios regionales. El indicador, un instrumento semántico estadístico, generaliza y hace más cómodo el discurso sobre alguna variable, pero desaparecen justamente los extremos o los comportamientos extraños, es decir justamente los que podrían ser los comportamientos vulnerables.

Suponer que el estudio de impacto ambiental detallado debe ser eso, estudios detallados; y los estudios de impacto ambiental semi detallados deben ser tales, estudios de semidetalle menos profundos que los detallados, es un tremendo error. Ambos estudios deben tener las escalas (cartográficas, geográficas, de resolución) necesarias para abordar, bien, un estudio de un proyecto que presenta altos riesgos ambientales u otro con menores riesgos ambientales. No es un asunto de información más detallada o menos detallada, es un asunto de información suficiente o pertinente para abordar la naturaleza de mayor o menor riesgo o impacto ambiental.

También debemos recordar que las disciplinas técnicas o científicas tienen sus propios campos o particiones. Por ejemplo, podemos anotar que la ecología moderna se asume desde diferentes enfoques: hábitat, poblaciones, comunidades, ecosistema, paisaje, ecología social. Cada enfoque permite abordar cierto tipo de problema.

Límites aceptables de cambio

Los conceptos de capacidad de carga o estándar de calidad ambiental (ECA) son principios insuficientes para incluir el principio de manejo adaptativo del ecosociosistema, el cual se fundamenta en las variables de potencial de cambio, conectividad y resiliencia. Los umbrales de mayor o menor significación de los cambios, en las variables indicadoras de impacto, no deben asociarse únicamente a la capacidad de carga o el ECA sino principalmente deben tener correspondencia con los límites aceptables de cambio.

Criterios para un diagnóstico del ecosistema

Es importante enfatizar que un diagnóstico no es un recuento pormenorizado o inventario detallado de la realidad sino una descripción a partir de variables diagnósticas, es decir variables que corresponden a los objetos, hechos, procesos o fenómenos que estructuran el sistema.  Estas variables diagnósticas constituirían a su vez variables indicadoras de impactos ambientales.

Otro aspecto a considerar son los objetivos de una línea de base; y esta se orienta a la identificación del status presente del ecosistema, sus estilos y tasas de cambio. La pregunta a responder es: ¿Cómo está el ecosistema antes del proyecto? En cambio, el objetivo de un programa de monitoreo lo constituye el seguimiento de la evolución del ecosistema y sus respuestas a las acciones del proyecto. En este caso la pregunta a responder es:    ¿Qué variables del ecosistema cambian como consecuencia de las acciones del proyecto, en qué sentido cambian y con qué velocidad lo hacen?

Es conveniente incluir entre los criterios de diagnóstico los elementos siguientes:

  • Nivel de descripción (Características esenciales del ecosistema)
  • Escala espacial
  • Escala temporal
  • Variables de medición
  • Estado de referencia (valores de referencia)
  • Perturbación

Interpretación de los datos de línea de base

Como se planteaba al comienzo en este miniensayo, una guía para elaborar líneas de base no debe ser una guía metodológica para recoger datos de campo y procesarlas sino una guía para interpretar los datos con miras a la predicción del impacto.

La interpretación de los datos, que incluye la determinación de escalas espaciales y temporales de las variables indicadoras de impacto, debe permitir establecer los siguientes análisis temáticos:

  • Hábitat críticos
  • Uso del Territorio (T) en el área de influencia del proyecto
    • En territorios comunales
    • Áreas de conservación biológica/social
    • En áreas para producción
    • Uso actual
    • Uso potencial (Zonificación ecológica)
  • Integridad del ecosistema (I)
  • Servicios del ecosistema (E)
  • Vulnerabilidad social (V)
  • Conflictividad social (C)

Síntesis Final

Una guía para elaborar líneas de base no debe ser una guía metodológica para recoger datos de campo y procesarlos sino una guía para interpretar los datos con miras a la predicción del impacto. ¿Podríamos estar en discrepancia? ¿Usted qué opina?

Referencias

  1. PERÚ-MINAM. Reglamento de la Ley 27446 Ley del Sistema Nacional de Evaluación de Impacto Ambiental. D.S. No019-2009-MINAM de setiembre del, 2009.
  2. Filotecnóloga. La Carga Teórica según Hanson [Internet]. Internauta Sin Pauta. [citado 9 de diciembre de 2015]. Recuperado a partir de: https://filotecnologa.wordpress.com/2012/01/31/la-carga-teorica-segun-hanson/
  3. PERÚ-MINEM. Aprueban Términos de Referencia Comunes para la elaboración de Estudios de Impacto Ambiental Detallados y Semidetallados de las Actividades de Exploración, Beneficio, Labor General, Transporte y Almacenamiento Minero y otros, en cumplimiento del D.S.No 040-2014-EM. R.M. No 116-2015-MEM/DM mar 13, 2015.