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Reflexiones sobre la formación de los especialistas en evaluación de impacto ambiental

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Oscar Cuya Matos

El expositor toma posición en el atril e inicia su discurso con esta introducción:

– Muchos saludos a la distinguida concurrencia. Deseo tratar el tema sobre la formación actual de los especialistas que elaboran los estudios de impacto ambiental o los revisan; incluso, sobre la formación de los profesores que enseñan el curso de evaluación de impacto ambiental. Todos sabemos que las autoridades están muy preocupadas sobre la duración excesiva del trámite de obtención de la certificación ambiental de proyectos y que hay una cierta percepción negativa sobre las competencias de los profesionales que revisan los estudios de impacto ambiental. Por ello este tema es importante –

Sería arrogante y pretencioso suponer que se tiene la solución, pero podríamos empezar por solicitar “cuentas” a los docentes de los curso de evaluación de impacto ambiental, en especial a los que tienen una cantidad apreciable de años a cargo de este curso.  ¿Y con toda esa experiencia, qué está usted haciendo para mejorar los tan criticados estudios de impacto ambiental (EsIA)? La presentación del expositor pasaría a ser una suerte de confesión de responsabilidad sobre el estado actual de la gestión y aplicación de este instrumento.

Lo que intento es persuadirlos sobre la necesidad de una reflexión profunda sobre la forma en que hemos venido realizando los estudios de impacto ambiental y sobre todo, el cómo hemos abordado la enseñanza de la evaluación de impacto ambiental.

La comunidad especializada en el tema y los diferentes grupos de interés cuestionan la calidad de los estudios de impacto ambiental y sobre todo las capacidades y competencias de los consultores ambientales y evaluadores de tales estudios. Indirectamente, estos cuestionamientos alcanzan a los formadores de los especialistas en impacto ambiental: profesores y entidades. Si escuchamos a un empresario decir que no es posible poner la decisión de inversión de varios millones de soles en la voluntad de un revisor de estudio ambiental sin las competencias necesarias, para la envergadura de la tarea, una parte de la responsabilidad sobre las pertinencias de dichas competencia queda trasladada inmediatamente a los profesores y entidades que forman tales especialistas.

Necesidad de cambio en las base teórica que sustentan los EsIA

¿Será que la actual deficiencia técnica de los estudios de impacto ambiental se deba a los marcos teóricos y estrategias de aprendizaje-enseñanza, insuficientes, de profesores y entidades que forman los especialistas en estudios de impacto ambiental? Evidentemente la respuesta a esta pregunta general de investigación no la sabremos hasta no completar la investigación: un estudio de caso, un diagnóstico, una sistematización o alguna otra modalidad de investigación cualitativa. Mientras no completemos la investigación algunas conjeturas podríamos seguir haciendo.

Probablemente una de las causas de las deficiencias de los estudios de impacto ambiental se encuentra en la base teórica que sustentan los EsIA. Se parte de conocimientos dispersos, de diferentes disciplinas, no organizados, que derivan en prácticas que originan estudios agregativos más que interdisciplinarios e integrados.

Los profesores seleccionan el contenido de los cursos de impacto ambiental sobre la base de su experiencia y revisión de los textos convencionales, recreando el mismo marco conceptual estándar, convencional, agotado, y generando todo un encadenamiento de deficiencias que se escalan y ganan amplitud. ¿Cuáles son las ideas que dan pie a esta apreciación?

Como respuesta: los cursos sobre evaluación de impacto ambiental, los diplomados y maestrías sobre gestión ambiental que las universidades y otras instituciones educativas ofrecen tienen amplia acogida y están siempre colmados, unos más que otros, en la medida de sus precios. Acuden como dicentes, profesionales que trabajan en la administración pública, profesionales independientes que ejercen consultoría, profesionales que trabajan en empresas mineras o petroleras, deseosos de obtener el dominio de los temas ambientales, y entre ellos, de la disciplina de la evaluación de impacto ambiental.

Dicha constatación permite entonces afirmar que los profesionales que elaboran o revisan los estudios de impacto ambiental están capacitados y tienen un dominio de los conocimientos convencionales actuales sobre el EsIA. A modo de recuento de evidencias, por ejemplo, si se revisan las observaciones que se hacen a los estudios de impacto se notará que ha aumentado la temática técnica sobre las que se observan tales estudios. Así es como, de un tiempo a esta parte, se ha empezado a solicitar el empleo de la matriz de importancia de Conesa, haciéndolo casi obligatorio y oficial. En suma los profesionales están cada vez mejor capacitados y por ello las observaciones crecen haciendo que el proceso de aprobación sea más lento. ¿Entonces, que es lo que falla? ¿Su capacitación es apropiada?

Lo que estaría fallando sería la oferta educativa en cuanto a sus contenidos, diseño curricular, proyecto educativo; o quizá la pertinencia de los docentes que imparten los cursos de evaluación de impacto ambiental. En suma, la calidad de lo que se enseña en los cursos de evaluación de impacto ambiental estaría siendo deficiente: se repite una base teórica, que ha llevado a estudios voluminosos y poco útiles como soporte para decisiones sobre la certificación ambiental de proyectos. La solución es el cambio del paradigma o modelo vigente en la base teórica de los estudios de impacto ambiental.

Habría que precisar que complementariamente se debe mejorar en la pertinencia y efectividad de los procedimientos del EsIA (evaluar la eficacia y eficiencia de los procedimientos) y mejorar en la aplicación de los procedimientos (mapear los procesos en todas las escalas, monitorearlos y adaptarlos).

Como reiteración, se requiere un cambio radical en la base teórica que sustentan los estudios de impacto ambiental, así como en la base teórica que subyace en la oferta educativa actual sobre la evaluación de impacto ambiental, de las instituciones educativas. El repetir lo que los libros convencionales anotan y lo que los profesores (que generalmente no investigan en el tema) repiten curso tras curso no es norte a seguir. Se requieren cambios de paradigmas o modelos en las bases teóricas, así como adaptaciones creativas para ofrecer programas educativos válidos.

En enunciado que propone un cambio conceptual: “La búsqueda de la sostenibilidad basada en la maximización de los rendimientos sostenidos ha devenido en un marco teórico problemático e insuficiente. La alternativa es la gestión de los ecosistemas basado en su resiliencia y su manejo adaptativo” (UNALM. Escuela de Postgrado).

La elaboración de sílabos por competencias, que precisen con detalles las unidades de aprendizaje y las sesiones de aprendizaje, aseguraría que lo impartido por el profesor se alinee con los objetivos del nuevo paradigma. Este punto es importante y es la única forma de tener el control del proceso educativo para lograr que los docentes concreten el proyecto educativo y los planes de estudio. Así se reduciría la discrecionalidad del profesor quien (si no es seleccionado con pertinencia) tratará de enseñar sobre la base de sus paradigmas convencionales, anulando todo el proceso y echando a tierra el cambio paradigmático.

Cada clase tendría que tener una sesión de aprendizaje (sobre la base de un formato), de tal modo de controlar la ejecución del proceso educativo que propone el cambio paradigmático.

A modo de conclusión de esta sección, la actividad inmediata es la organización de una base teórica alternativa al modelo actual, a modo de fijar los ejes de la disciplina y establecer sus fundamentos teóricos y prácticos. Esta actividad sistematizaría una estructura conceptual, seleccionaría, adaptaría o crearía instrumentos conceptuales. Y así, en términos prácticos se habría establecido los conocimientos y destreza especificas para los profesionales que elaboran o revisan los EsIA.

Necesidad de un programa comunicacional

Un cambio de paradigma no se logra por el solo hecho de presentarlo. Requiere procesos comunicacionales; es más se requiere estrategias propias del campo del marketing o mercadeo social o mejor desde la disciplina de la “comunicación para el desarrollo” para fijarlos, arraigarlos en las mentes de los profesionales de la disciplina de la evaluación de impacto ambiental.

Es claro que la formación de profesionales en gestión ambiental y evaluación de impacto ambiental es una tarea de la universidad y los sistemas de educación del país. Si allí está arraigado el paradigma estándar que hay cambiar ¿Cómo cambiarlos? Se debe elaborar un programa comunicacional y de mercadeo para lograr el cambio de percepción o paradigma.

Programa de adiestramiento en evaluación de impacto ambiental

Una primera tarea será cambiar el paradigma de los cursos de actualización en evaluación de impacto ambiental, diplomados en gestión ambiental y evaluación de impacto, programas de capacitación. Todos ellos, más orientados a repetir los actuales marcos teóricos, a brindar conocimientos, ejemplos de libro y presentar alguna evidencia práctica sin mayor sistematización, deben ser cambiados en sus paradigmas de base.

¿Qué es el adiestramiento? Para la respuestas recurriremos a dos autores muy reconocidos y ampliamente citados en las disciplina de la gestión de recursos humanos.

Chiavenato (2002) anota que “el adiestramiento es el proceso de desarrollo de cualidades en los recursos humanos para habilitarlos, con el fin de que sean más productivos y contribuyan mejor a la consecución de los objetivos organizacionales. El propósito del entrenamiento es aumentar la productividad de los individuos en sus cargos, influyendo en sus comportamientos. (p 386)

Alles (2000) afirma que “el adiestramiento es un proceso de aprendizaje en el que se adquieren habilidades y conocimientos necesarios para alcanzar objetivos definidos, siempre en relación con la visión y la misión de la empresa, sus objetivos de negocios y los requerimientos de la posición que se desempeña o a desempeñar. (p. 308)

En resumen el adiestramiento sería un proceso de enseñanza – aprendizaje que permitiría al individuo adquirir y/o desarrollar conocimientos, habilidades, destrezas y mejorar las actitudes hacia el trabajo, con el fin de lograr un excelente desempeño en su cargo.

Si partimos de la premisa que la elaboración de un estudio de impacto o su revisión supone un conjunto de tareas y actividades, que corresponden a las funciones de un especialista con un puesto o cargo definido, llegamos a la inferencia de la necesidad de adiestrar en el cargo.

¿Y de que cargos estamos hablando? La respuesta nos lleva más adelante, pero antes de proseguir, deberíamos dejar sentada la conjetura acerca de que la enseñanza de los estudios de impacto debe suponer el adiestramiento en los cargos específicos de los funcionarios y consultores.

Funciones y cargos en el equipo revisor de impactos

El estudio de impacto ambiental es elaborado por todo un equipo de profesionales, los cuales cumplen funciones como elaborar términos de referencia, convocar a expertos, realizar la colecta de información en campo, liderar los procesos de diagnóstico participativo, organizar los talleres, revisar los informes disciplinarios, integrar la información para producir los capítulos del EsIA, interpretar imágenes de satélite, elaborar mapas bases y temáticos, editar los informes, efectuar el control de calidad en todo el proceso, sustentar el EsIA en talleres y audiencias, realizar el seguimiento del trámite de aprobación del EsIA. Es un recuento parcial, desordenado, pero útil para reconocer la multiplicidad de tareas, actividades, funciones que conlleva la elaboración de un EsIA. Se infiere que la tarea de revisión implica otro equipo con tareas, actividades y funciones particulares.

Es oportuno aclarar algunos términos: Tarea: todo lo que exige un esfuerzo humano para lograr un fin físico (mover, empujar,…) o mental (planear, explicar,…). Las tareas son respuestas a la pregunta ¿Qué hace el trabajador? Actividad: grupo de tareas para lograr un objetivo. Función: conjunto de actividades para lograr objetivos. Puesto: conjunto de funciones que justifican el empleo de una persona que las realice.

Si se mapean los múltiples procesos que se ejecutan para elaborar un estudio de impacto ambiental, al igual que para su revisión, se podrán gestionarlos, es decir, realizar los seguimientos para retroalimentarlos y adaptarlos continuamente, para lograr su efectividad, eficacia y eficiencia. Es más o menos lo que recomienda un sistema de aseguramiento de calidad. En la misma línea de raciocinio, si se determina con claridad los puestos necesarios para llevar adelante los procesos de elaboración de un estudio de impacto ambiental y su posterior revisión en las oficinas de las autoridades ambientales se podrá gestionar los equipos respectivos, para su mejora continua, y con ello se asegurará la calidad de los procesos implicados, y así el producto final, la elaboración del EsIA o su revisión.

Las tareas anotadas corresponden principalmente a la gestión de RRHH. Una gestión por competencias permitirá tener los profesionales idóneos para los puestos que se requieren en la elaboración y revisión del EsIA. Se deberá seleccionar a la mejor persona para cada puesto. La gestión se inicia por establecer los procesos y los puestos; luego, los requisitos para los puestos. Seguidamente, se deberá precisar las funciones de cada puesto y establecer las capacidades que una persona debe contar para el correcto desempeño del puesto.

La ‘capacidad’ es un término que engloba conocimientos teóricos y prácticos, explícitos e implícitos; destrezas y competencias o características de personalidad. Las organizaciones establecen las competencias genéricas que deben contar todos sus colaboradores y las competencias específicas en la medida de cada cargo. Estas competencias se alinean a su misión, visión y modelo de negocio, y se registran en documentos denominados “diccionario de competencias”, que orientan los procesos de reclutamiento y selección de candidatos. En organizaciones con alta tasa de rotación es imprescindible ayudarse a partir de los postulados de la gestión de recursos humanos por competencia.

Si el trabajador no reúne las capacidades para el puesto que detenta estamos frente a una brecha. Esta brecha deberá cerrarse mediante capacitación, adiestramiento en el trabajo, procesos de coaching y otras técnicas existentes. Si no se tiene documentado los requisitos para el puesto, la descripción de funciones del puesto y el perfil de capacidades o competencias para el puesto no es posible detectar fehacientemente las brechas.

Y así es como se relaciona los recursos humanos y las brechas de capacidades para el puesto con los procesos educativos (educación, instrucción, formación, capacitación, adiestramiento). Se podrá mejorar el nivel de los profesionales que elaboran o revisan los estudios de impacto ambiental si se aborda a esta escala de detalle su formación específica en la disciplina de la evaluación de impacto ambiental.

Mantener a los talentos y gestionar el conocimiento implícito es una tarea para un gestor de recursos humanos y conocimiento, que debe ser parte del equipo de revisión de estudios ambientales (algo así como el mentor) y estar preparado para la renovación de los cuadros técnicos. Esta función debería ser clave en una entidad pública que revisa EsIA.

La tarea principal será reconocer los roles, funciones y cargos formales e informales, con el fin de elaborar descripciones de puestos y proponer perfiles de capacidades (conocimientos, destrezas, competencias y actitudes) para los diferentes “puestos” en los equipos de revisión de un EsIA. Con ello se puede discernir sobre las brechas entre lo que exige la función o el puesto y lo que realmente detentan los profesionales encargados de tales puestos o funciones.

Como parte de esta tarea se deberá comprobar hipótesis y conjeturas sobre las causas de la problemática en cuanto a la elaboración y revisión de los estudios ambientales. A partir de hipótesis o preguntas de investigación, variables, indicadores, instrumentos (encuestas, cuestionarios cerrados o abiertos, escalas de percepción) y alguna técnica de aplicación (encuesta, entrevista, focus, etcétera) se tendría una realidad específica a abordar. Esta actividad inicial se orienta al diagnóstico situacional de fortalezas y debilidades (FODA) de las bases teóricas, destrezas, competencias y actitudes de los profesionales que elaboran o revisan los EsIA.

Algunas ideas para el contenido de los cursos de evaluación de impacto ambiental

La prioridad no sería más cursos disciplinarios sobre biología, ecología, suelos, sociología, etcétera sino el énfasis tendría que ir sobre los instrumentos para elaborar o revisar EsIA.

Una primera tarea sería abordar lo que se entiende por calidad de un estudio de impacto ambiental. ‘Calidad’ es un término que requiere operacionalizarse para su correcto entendimiento y aplicación en consenso, en una determinada disciplina y práctica. Será necesario definir la calidad de un estudio, en términos del Estado (el MINAM), las Empresas o sus gremios representativos y la Sociedad Civil (universidades, gremios profesionales, gremios laborales, organizaciones no gubernamentales, instituciones representativas de la población). A partir de dicha consenso se puede establecer objetivos y estrategias para un programa de adiestramiento de los profesionales que participan en la elaboración y revisión de los EsIA.

Un grupo de temas estaría asociado a los conceptos científicos (clasificatorios, comparativos o métricos); luego los principios, leyes y teorías que permiten la aplicación del método hipotético deductivo. El conocer que tales principios se enuncian como una proposición susceptible de falsar (falso o verdadero) será un gran avance. Para facilitar esta labor no sería descabellado incluir cursos de lógica en la formación básica del profesional que realiza o revisa EsIA. Ello le permitiría realizar inferencias, deducciones e inducciones, con facilidad. Los métodos avanzados para el análisis de impactos incluyen la lógica difusa y el análisis multicriterio por ello es conveniente incluir en el temario conocimientos sobre lógica.

Dado que el EsIA es un documento, que predice impactos o quizá mejor decir que argumenta el porqué tal impacto tiene una mayor o menor significación, ayudaría que el profesional que lo elabora o revisa tenga un buen conocimiento sobre las falacias lógicas (formales, verbales o materiales) y las falacias no formales (de atingencia y de ambigüedad). Incluso, el conocimiento sobre argumentación y análisis del discurso ayudará mucho en su labor. Si empezamos un texto, con la siguiente frase: “Se sabe y se ha demostrado que los proyectos mineros son contaminantes…”, habríamos incurrido en una falacia de énfasis.

Otro punto importante en un temario idealizado es la teoría de la medición, las escalas y la operacionalización de variables. Conocer esta temática le permitirá un dominio sobre lo que realmente “hacen” las tablas de impactos. Las escalas ordinales o semi-cuantitativas no pueden ser tratadas como cualquier métrica a la cual aplicar toda la matemática posible. Las escalas ordinales solo mantienen el orden no la distancia entre los elementos categorizados, y es lo que emplean las matrices de impacto que se usan en nuestro medio.

Con relación a las matrices de impactos o matrices de importancia como instrumentos de medición se podría recomendar lo siguiente:

Las tablas de Leopold, Batelle, Conesa y demás autores deben ser usadas como instrumentos de valoración de los diferentes grupos de interés sobre la importancia del impacto ambiental.

Las mayores o menores variaciones de las magnitudes de los indicadores de las variables, que miden los efectos del proyecto sobre su entorno físico, biológico y social, deberán ser valoradas, mediante juicio de experto u otra técnica (frónesis), para obtenerse la significación del impacto.

Las predicciones (fase de estudio de impacto ambiental) y las posteriores mediciones (fase de monitoreo ambiental) de los cambios en las magnitudes de los indicadores de las variables, que miden los efectos del proyecto sobre su entorno físico, biológico y social, deberán ser realizadas aplicando el método científico (campo epistemológico y metodológico de la ciencia)

Las tablas de Leopold, Batelle, Conesa y demás autores corresponderían a la “fase de recolección de datos cualitativos – cuantitativos”. Esta fase se realiza mediante instrumentos que deberían representar verdaderamente las variables de la predicción del impacto; y justamente las mencionadas tablas son esos instrumentos de valoración que se emplean en la elaboración de un EsIA.

Dado que las referidas tablas intentan medir la importancia del impacto ambiental, es decir las actitudes, percepción o importancia que otorgan los grupos de interés a los efectos sociales y ambientales del proyecto, se las puede tipificar como “escalas de medición de actitudes” al modo del Escalamientos tipo Likert, Diferencial semántico, Escalograma de Guttman (diferente a los cuestionarios o listas de revisión).

Los requisitos que deben cumplir estas tablas son: confiabilidad (grado en que un instrumento produce resultados consistentes y coherentes), validez (grado en que un instrumento mide la variable que pretende medir) y objetividad (grado en que el instrumento es permeable a los sesgos y tendencias del investigador que lo administra, califica e interpreta).

Sobre la necesidad del método científico para la predicción de impactos

La predicción, calificación y valoración del impacto ambiental tal como se hace cotidianamente en los EsIA, en nuestro medio, es muy limitada; ello, quizá debido a la falta de preparación del analista, aunque probablemente se deba más a los métodos que aplica, que aprendió de sus profesores, quienes se nutrieron de los libros paradigmáticos de evaluación de impacto ambiental. Lo cierto es que el analista tiene ya una lista de impactos (por actividad productiva), elaborada a partir de su experiencia o su análisis bajo el concepto de juicio de experto, adaptada posiblemente a partir de los manuales y guías que la literatura especializada ofrece.

Dicha lista, el analista los recicla, es decir cada vez que tiene que elaborar un estudio lo incluye como axioma, información que ya no tiene que demostrar, y luego procede a valorar los impactos (dicho mejor a dar puntajes a descriptores de impactos ambientales) a través de una “tabla de Leopold modificada” o una “matriz de importancia de Conesa”.

Lo señalado explica que casi todas las tablas de calificación de impactos de una misma actividad se parezcan. Aún más, si el analista tiene la tabla de impacto ya casi elaborada con antelación a la salida de campo e incluso antes de iniciar el estudio, y tiene también la tabla de medidas de prevención, corrección o mitigación (recicladas y listas para el ensamble), supone que ya tienen gran parte del estudio avanzado. Solo debe completar su EsIA con el informe de línea de base ambiental de las dos estaciones y con ello completar el “ensamble” del EsIA. Bajo este proceder, bajo esta práctica usual, sale sobrando algún método que tenga como soporte el método científico.

Los titulares de proyecto cuando notan que todos sus estudios tienen la misma lista de impactos llegan a la conclusión que los impactos ambientales de sus actividades están bien conocidos, incluso se conocen las medidas ambientales que se deben considerar, y postulan que sus actividades ya no deben pasar por el proceso de evaluación de impacto ambiental o en todo caso debe tener alguna categoría menor de exigencia ambiental. Evidentemente este espejismo alimentado por EsIA “corte y pega” no tiene sustento.

En este punto se puede anotar también que la clasificación anticipada de proyectos o categorización por su nivel de riesgo (screening) debe suponer la predicción científica antes que la expectativa o la simple conjetura de impactos.

Literatura citada

Alles, Martha. (2005) Dirección Estratégica de Recursos Humanos. Gestión por competencias. Granica. Buenos Aires.

Chiavenato Idalberto. (2002). Gestión del Talento Humano: Bogotá: Mc Graw Hill

Universidad Nacional Agraria La Molina (UNALM). Escuela de Postgrado. Maestría en Ecología Aplicada. Presentación. Consulta: 30 de julio 2013.
http://www.lamolina.edu.pe/Postgrado/ecologiaplicada/ecologia.htm

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