Archivos de autor: Daniela Bullón

Un espacio para las personas con habilidades diferentes: Entrevista a Chantal Fort

En el Perú existen un aproximado de 14000 personas registradas con Trastorno Espectro Autista (TEA) o Síndrome Down (CONADIS, 2015). Sin embargo existen pocas instituciones que brinden servicios educativos para ayudar a estas personas en su desarrollo y/o capacitar a sus familias para ser los mejores cuidadores.

Tras una búsqueda, IEA encontró aproximadamente 10 instituciones. Una de estas es el centro Ann Sullivan del Perú, ubicado en el distrito de San Miguel. Esta es una institución educativa para personas con habilidades diferentes, que desde el año 1979 se dedica a mejorar sus vidas y las de sus familias. Para conocer un poco más de la historia y filosofía de esta institución, IEA conversó con Chantal Fort, coordinadora del programa de voluntariado del centro y mamá de una persona con habilidades diferentes. En esta pequeña entrevista ella nos habla de la realidad de las personas con habilidades diferentes en el Perú y la manera en que la que el centro Ann Sullivan ha venido trabajado durante tantos años.

¿Quiénes son las personas con habilidades diferentes?

Hace unos años, la directora y ejecutiva del centro Ann Sullivan del Perú, la Dra. Liliana Mayo, decidió acuñar el término “personas con habilidades diferentes”, con la finalidad de centrarnos en sus habilidades y no en lo que no pueden hacer, que muchas veces es una lista muy grande.

Una persona con habilidades diferentes es una persona como tú y como yo pero que además tiene un diagnóstico. Este puede ser que nació con Síndrome Down o que nació con autismo y que a partir de los dos años se le manifestó. También puede ser que tenga déficit cognitivo sea porque tuvo un accidente o por tener algún síndrome de nacimiento. Una persona con habilidades diferentes es una persona que quiere ser feliz, que quiere ser independiente, que quiere que lo trates con respeto como persona, que primero te concentres en la persona que es, más allá del diagnóstico que pueda tener.

¿Cuál es el rol de la familia en la formación de una persona con habilidades diferentes?

El centro Ann Sullivan trabaja con la familia porque el 30% del tiempo ese alumno va a estar en la institución o cualquier otra, pero el 70%  estará con su familia. Entonces la familia es clave para hacer el efecto multiplicador en su desarrollo. En el centro, cuando una persona se acerca a recepción y dice yo quiero que mi hijo aprenda o estudie, preguntamos: ¿Tiene una familia? ¿Un tutor responsable? ¿Una tía? Porque somos conscientes que a veces los padres no están disponibles para ser capacitados y convertirse en los mejores padres-maestros.

¿Cómo puede la sociedad peruana apoyar en la inclusión de estas personas?

Esta pregunta es importante. Creo que a través de los años la gente ha comprendido que todos podemos tener un familiar con habilidades diferentes y que todos estamos obligados a hacer esa diferencia para incluirlos en nuestras vidas. La sociedad va comprendiendo que no sólo tiene que haber una ley que obligue a los colegios regulares a incluir a las personas con habilidades diferentes. Sino que tienen que estar incluidos en el día a día, darles el respeto que se merecen y apoyar a sus familias para que los saquen adelante. El centro está siempre dispuesto a tener personas que nos visiten para aprender de lo que hacemos. Este comenzó en el garage de nuestra directora fundadora, en la Punta Callao. Ahora hay varios modelos del centro en el mundo. Panamá ha copiado el modelo a nivel estado, ojalá el estado aquí en el Perú viniera a visitar el centro y aprender de ello.

¿Cuál es la filosofía del centro Ann Sullivan?

Creo que nadie elige tener un hijo con habilidades diferentes pero te cambia la vida, te da un enfoque distinto o manejo distinto de las situaciones y te enfoca en lo que si puedes hacer. Algo que aprendí hace mucho gracias al centro es “mañana tiro la toalla hoy no”: concentrarte en lo que si puedes hacer cada día. En ese sentido, el centro tiene el siguiente norte: Qué estos alumnos sean independientes productivos y felices, y una regla de oro “trata a los demás como te gustaría que te traten a ti”.

De igual manera el centro tiene tres pilares. El primero es ser un centro de educación especial para personas con habilidades diferentes. Luego es también es ser un centro de capacitación y entrenamiento continuo a todas las familias y a todo el entorno de las personas con habilidades diferentes (puesto laboral, ambientes recorridos bodega, etc.). El tercer pilar, muy importante también, es ser un centro de proyectos e investigaciones. Trabajemos con mucha data y contamos con facilitadores a nivel Perú, gente que nos contacta de todas la provincia porque si bien en Lima se concentra casi todo, hay muchas personas con habilidades diferentes y familias con ganas de ser capacitas en varias partes del Perú. Entonces gracias a esta red de facilitadores tenemos una red de capacitación a nivel nacional y tratamos de minimizar los gastos e invitamos a las familias en provincias cada dos meses a que aprendan del mejor trato de la persona con habilidades diferentes para que esta sea independiente, productiva y feliz.


Racismo: Germen de hierba mala

A raíz del conversatorio “Supremacía Blanca en el S. XXI: Análisis sobre Charlottesville” realizado en la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), con la participación del historiador Norberto Barreto, la antropóloga Nathalie Koc y la socióloga Silvia Espinal, IEA desea hacer una reflexión sobre el racismo desde un enfoque psicológico que parte de la corriente cognitivo-conductual. En el evento se discutió sobre la naturalización del racismo y su uso como herramienta política y económica, y luego se analizó su intrincada historia en Estados Unidos. Nosotros centraremos nuestra reflexión en el caso peruano.

Si se le pregunta a una persona si es racista (es decir, si se alegra por pertenecer a cierta “raza” y normaliza la segregación de algunos por sus rasgos físicos, asumiendo que los subestimados tienen características como bajos recursos y una educación deficiente) probablemente su respuesta sera que no es racista. Sin embargo, las ideas centrales que conlleva el ser racista subsumen su comportamientos espontáneo.

Como se mencionó en el conversatorio, actualmente el racismo se camufla en el día a día a través del lenguaje (insultos o palabras con connotaciones negativas) estereotipos y prejuicios.Y si bien, como explica el sociólogo Portocarrero (2006), esto tiene un trasfondo histórico marcado por fundamentos religiosos y pseudocientíficos, hoy en día el racismo se centra en lo estético, donde los rasgos de “los blancos” son considerados más atractivos. Los que no tienen este fenotipo en nuestro país están expuestos a ser “choleados”. (Si les interesa saber más sobre el choleo en el Perú les compartimos el link del trailer del documental “Choleando” https://youtu.be/4LaCpFWKrXM ).

Pero ¿Qué es lo que pasa exactamente por la mente de la persona que cholea, restringe el ingreso a establecimientos a personas que considera no blancas, no contrata a alguien por tener

rasgos andinos o dice “San Isidro para Sanisidrinos”? Lo primero que pasa por su mente es lo que la psicología cognitiva llama un pensamiento automático. En este caso, éste sería que la persona es chola, desagradable o fea. A un nivel más profundo y menos visible estarán otro tipo de creencias (las que se denominan “creencias intermedias”) como “ser cholo es algo desfavorable”, “si es cholo, probablemente es de bajo nivel socioeconómico e ignorante”, “no debo juntarme con cholos”. Ya de por sí, esas actitudes, presunciones y reglas son muy rígidas y abarcan mucho de lo que uno piensa del mundo, de los demás y de sí mismo. No necesitamos darnos cuenta de estas ideas para que se reflejen en nuestros comportamientos diarios.

Lo más importante es que detrás de esas creencias se encuentran unas aún más profundas: las ideas de superioridad y de poder sobre otras personas. Si existe un germen racista, este se encuentra en este nivel de creencias (centrales o nucleares). Estas últimas son las más poderosas, pues son los cimientos del racismo e impiden que las personas racistas tomen consciencia de que nuestro valor no radica en la cantidad de melanina en nuestra piel o en nuestros rasgos físicos. Creencias centrales construidas sobre valores de igualdad erradican la segregación racial y promueven la convivencia armoniosa y el progreso en una realidad tan diversa y globalizada como la nuestra.

Como todo germen, si lo que se quiere es que no crezca, se tiene que arrancar de raíz. Y el germen es todo ese conjunto de creencias racistas. Estas deben ser deconstruidas desde la base: el hogar, los centros educativos y los medios de comunicación. En ese sentido es importante reflexionar sobre nuestra situación actual ¿qué tanto se está educando realmente a los niños y niñas con principios de igualdad? ¿qué tan conscientes formamos a las nuevas generaciones en que las diferencias económicas, sociales, fenotípicas o de género no deben ser motivo de discriminación? El racismo destruye y es una hierba mala que se puede combatir con la educación.

 

Sugerencias bibliográficas:

Bruce, J. (2007). Nos habíamos choleado tanto.Psicoanálisis y racismo.
De la Puente (2012). Choleando (documental).
Howard, J.(2016). What Scientists Mean When They Say “Race” Is Not Genetic. EU: The Huffington Post. Recuperado de http://www.huffingtonpost.com/entry/race-is-not-biological_us_56b8db83e4b04f9b57da89ed
Portocarrero, G. (2006). Hacía una comprensión del racismo. Lima, Perú: La Mula. Recuperado de https://gonzaloportocarrero.lamula.pe/2006/09/27/hacia-una-comprension-del-racismo/Gonzalo portocarrero/