Antes que reformas, hay que darle la importancia debida a la célula básica de la sociedad: La familia.

Antes que reformas, hay que darle la importancia debida a la célula básica de la sociedad: La familia.

Salieron a lanzar rocas hasta el cansancio que hoy están adoloridos, a tal punto que la pus no se encuentra en el cuerpo de los que cometieron el delito; sino en los que vitorearon a los cuatro vientos que deben ser juzgados y se atrevieron a cumplir el papel de magistrados. No es una exageración, es un llamado a la calma ante tanto barullo.

La noticia se expandió como una pandemia en las redes sociales la noche del último viernes en la “ciudad de los vientos”. Se daba cuenta que la integrante de la Policía Nacional, Sub. Oficial P.N.P. Susana Mamani Gutiérrez era detenida por pedir “dos azules” (200 soles) a un conductor intervenido por manejar en estado de ebriedad junto a tres de sus hijos.

El video de minuto y medio propalado por diversos medios, sentencia por anticipado a la integrante policial y deja sin argumento de defensa alguna. “Dame dos azules. Si quieres nomás, sino; también no. Por eso yo te digo te queremos llevar a la comisaría. Para ti va ser difícil, esto no es una infracción simple. Es un delito y puedes llegar hasta la cárcel”. Se escucha en el video grabado por uno de los hijos del mal padre.

“ANTES QUE REFORMAS, HAY QUE DARLE LA IMPORTANCIA DEBIDA A LA CÉLULA BÁSICA DE LA SOCIEDAD: LA FAMILIA”

El inspector de la Policía Nacional, Richard Zubiate adelantó que la mujer policía ya fue separada de la institución sin goce de haber por catalogarse dentro del reglamento interno policial como falta grave. Además, argumentó que en un plazo de 5 días se dispondrá realizar todas las diligencias que, incluso, podrían terminar en una prisión preventiva.

No es poca cosa ni minúscula el hecho; sin embargo, no hay que perder el norte del razonamiento y enfatizar que se trata de un hecho individual, más no institucional. Que se aplique todo el peso de la Ley tanto a los involucrados con uniforme y al mal conductor identificado como Andrés Sucari por el delito de peligro común. Existe la corrupción porque hay quien pide y otra que cede y muchas veces ofrece.

Ocurre que la cultura de formalizar la denuncia es lejana en el país ante hechos similares, pues además de ser considerado un acto de pérdida de tiempo, los pocos casos denunciados fueron archivados sin tener respuesta alguna; sumado al costo económico que significa para el interesado. Así las cosas no funcionarán.

Tal parece que las cifras dadas por PROÉTICA en el 2015 se han quedado cortas. El resultado del sondeo daba cuenta que la institución policial es la tercera entidad más corrupta con un 42%, detrás del Poder Judicial y el Congreso. En ese entonces, el 53% de peruanos indicaban que la corrupción se incrementaría en los últimos cinco años, tendencias hoy casi confirmadas con los últimos hechos en la región Puno y el país como el caso “Moreno”.

La coima hoy es parte de la cultura diaria de un gran sector de la población para “acelerar los procesos” y obtener a tiempo un documento, permiso, autorización, matricular al hijo y hasta para ingresar antes que otros a un banco.

Antes que reformas, hay que darle la importancia debida a la célula básica de la sociedad: La familia, hoy abandonada y sometida al fraccionamiento por la modernidad y vida acelerada que llevamos. Hagamos un alto en el camino, como diría el padre Luis Zambrano.

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