“En la actualidad, en el Perú, Arequipa, Puno o Juliaca siempre hay que estar atentos, porque todo el mundo parece estar dispuesto a sacar provecho, a engañar o realizar algo injusto, desde arriba hasta abajo, de derecha a izquierda. Desde la vendedora de jugos que te ofrece un combinado de cinco soles pero no le hecha algarrobina, hasta la señora que te ofrece un lugar en la fila en el banco de nación por 5 soles. La conversión de “Pepe el vivo” en práctica cotidiana y normalizada nos viene desintegrando y destruyendo”.

Gonzalo Portocarrero y Oswaldo Olguín* han realizado estudios sobre la cultura criolla instaurada en el Perú en el siglo XIX, una época en la que se entrega los privilegios a una nobleza blanco-europea, mestiza por encima de las leyes. Esta cultura se extiende hasta el siglo XX, enraizando prácticas bajo la frase “El vivo vive del sonso, el sonso de su trabajo”.

Cuando la aplicación de la ley se deja sólo para el común de la gente y la trasgresión se normaliza desde el poder colonial, la corrupción se hace deseable. Alfonso Quiroz**, en su libro “Historia de la corrupción en el Perú” relata que a la llegada de los virreyes a Lima, inmediatamente era rodeado por una élite económica que le hacía una serie de regalos, claro, estos provenían de negocios ilegales como el contrabando de aquella época. Este patrón aparece sistemáticamente a lo largo de 250 años.

Entonces las prácticas criollas nos acompañan hace muchísimas décadas, hoy regulan la interacción social, nuestra cotidiana relación con los demás. José Matos Mar*** da cuenta del fenómeno ocurrido en los 80´s de los llamados sectores urbanos marginales, alimentados por la migración y el desborde popular, donde los migrantes andinos que, asentados en la ciudad, impulsaban y operaban con sus propias reglas frente a un Perú oficial que nunca los tomó en cuenta, lastrando así el camino de las trasgresiones.

Esta migración masiva del campo a la ciudad obliga a la gente a actuar por su propia cuenta, si no, no sobrevive, y recurre a fomentar las trasgresiones que, en ese entonces, eran practicados por el propio estado y las élites.

En la actualidad, en el Perú, Arequipa, Puno o Juliaca siempre hay que estar atentos, porque todo el mundo parece estar dispuesto a sacar provecho, a engañar o realizar algo injusto, desde arriba hasta abajo, de derecha a izquierda. Desde la vendedora de jugos que te ofrece un combinado de cinco soles pero no le hecha algarrobina, el restaurante que te sirve chicharrón con papa guardada del día anterior, hasta la señora que te ofrece un lugar en la fila en el banco de nación por 5 soles, y el joven que se sienta en el asiento reservado de la combi. La conversión de “Pepe el vivo” en práctica cotidiana y normalizada nos viene desintegrando y destruyendo.

Hoy asistimos a lo que el cantante Héctor Lavoe**** compuso en “Juanito Alimaña” cuyas letras describen la realidad actual: “La calle es una selva de cemento y de fieras salvajes, donde quiera te espera lo peor…Y aunque ya lo vieron nadie ha visto nada”. Una sociedad donde la mayoría actuamos egoístamente, donde el “yo” es primero y el resto que se joda; donde el fin siempre justifica los medios, hasta admirar al pendejo y criollo; como si fuese la única forma de lograr “éxito”.

Estamos así, quizá porque, hoy la escuela ya no “educa”. Hoy los ciudadanos nos educamos bajo la plataforma de los medios de comunicación masiva y las industrias culturales, viendo televisión, escuchando radio, en las redes sociales; lejos de las instituciones formales, del estado, la escuela y la familia.

(Continuaremos – pa bravo yo).

* Oswaldo Holguín Callo. Historiador. Estudió en las facultades de derecho y de letras y ciencias humanas de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Gonzalo Portocarrero.- Ingresó en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, a la Facultad de Ciencias Sociales, y también estudió Letras en la Pontificia Universidad Católica del Perú. Es magíster en Sociología por la Facultad Latino Americana de Ciencias Sociales (FLACSO)

** Ingresó a Estudios Generales Letras en la Pontificia Universidad Católica del Perú en 1974 en uno de los primeros lugares del exigente examen de admisión.

***Estudió en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y luego en la Universidad de París. Fue fundador y director del Instituto de Estudios Peruanos, asesor de UNICEF en México para formular estrategias de combate a la pobreza (1995-1997)

**** Héctor Juan Pérez Martínez (Machuelo Abajo, Ponce, Puerto Rico; 30 de septiembre de 1946 – Queens, Nueva York, Estados Unidos, 29 de junio de 1993),12​ más conocido como Héctor Lavoe, fue un cantante, compositor y productor musical de salsa durante los años 1970 y 1980.