Más de 10 mil perros callejeros deambulan en la ciudad de Juliaca siendo un peligro inminente.

Más de 10 mil perros callejeros deambulan en la ciudad de Juliaca siendo un peligro inminente.

Estas últimas semanas se han propalado noticias respecto a víctima de mordeduras caninas e incluso muertes a consecuencia de ataques de perros vagabundos; hecho que obligó a los sectores salud, Ministerio Público, Educación, Municipio y demás actores reunirse para abordar el tema.

Se discutió como siempre sobre lo mismo: ¿cómo logramos tener menos perros en las calles?, las respuestas fueron casi siempre las mismas: Eliminación bajo la premisa “muerto el perro, muerto la rabia”, aplicar la castración, campañas de educación dirigida a los pobladores, aplicación de la ley Nº 27596 que regula el régimen jurídico de canes, construcción del centro canino, etc.

En una ciudad con más de 380 mil habitantes, existen; según declaraciones del jefe de Zoonosis de la Red de Servicios de Salud de San Román, MVZ. Pedro Quispe Mendoza, un promedio de 60 mil canes; el 15% de estas se encuentran en las calles, avenidas y barrios urbano-marginales, abandonados y descuidados.

Con más de 10 mil perros en los basurales, merodeando en los terminales, mercados y centros de abastos, es casi hablar de una epidemia canina; porque son los que muerden a los niños, ebrios y ancianos provocándoles fisuras de por vida, y muchas veces contagiados con la temible rabia.

Ante esta situación hay que primero ver las causas de tanto perro abandonado y quiénes o qué instituciones no están cumpliendo sus funciones para los que fueron creados. Están los amigos de cuatro patas en las calles porque sus propietarios son verdaderos irresponsables, vagabundos y desvergonzados; pues no entienden que tener mascotas es un acto de sensibilidad humana y sobre todo en estos tiempos un “lujo”, pues hay que darle comida, desparasitarlo, vacunarlo y cuidar de él como un integrante más de la familia; hecho que no se da en Juliaca por el nivel cultural y educativo de sus habitantes.

A esto se suma el nulo cumplimiento del municipio de las normas y leyes existentes, como la creación y funcionamiento del centro canino antirrábico, donde se desparasite, vacune, entrene y en caso sea necesario elimine a los perros abandonados y en peligro de contagio de rabia; sumado al funcionamiento de un laboratorio en coordinación con el MINSA.

Son cosas que están en las leyes y normas, a estas alturas inventar la pólvora está bastante lejano. Se debe realizar un censo canino para determinar la población de canes en la ciudad, acompañado de una educación cara a cara y entrega de información adecuada y digerible; además una campaña masiva de tenencia responsable de canes. Luego de tener una población informada se tendrá que aplicar la sanción pecuniaria y trabajo comunal a quienes incumplan como los que abandonan a sus mascotas.

A esto se debe sumar un empadronamiento, capacitación, formalización y reubicación de los vendedores de mascotas; pues es el foco de los casos de rabia contabilizados en los últimos meses. No se puede permitir que se expenda mascotas sin desparasitarlos ni vacunados.

En conclusión, si la gente no cambia, no se informa, la autoridad no toma interés en el asunto y las instituciones no trabajan conjuntamente; la rabia seguirá matando gente y los perros continuarán dejando heridas profundas en sus víctimas; cuidado que los dueños terminen siendo los callejeros.

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